domingo, 9 de septiembre de 2012

Artes marciales, qué son y cómo entenderlas

Artes marciales, qué son y cómo entenderlas

Para los artistas marciales el practicar estas artes implica seguir un camino, que los llevará a mejorar en todo aspecto como personas. Conozca de qué se tratan y las diferencias con los deportes de contacto.
Para poder empezar bien con mis artículos sobre artes marciales una de mis primeras tareas debiera ser explicar qué son éstas.
capoeira
Foto: El Mercurio
No todas las artes marciales tienen su origen en algún país asiático; la capoeira, por ejemplo, viene de Brasil.
Siendo leguleya para mí es imposible empezar a hablar de algo sin definirlo. Ingresé a la página web de la RAE y bajo “artes marciales” encontré la siguiente definición: “Conjunto de antiguas técnicas de lucha de Extremo Oriente, que hoy se practican como deporte”.  La definición de la RAE tiene el siguiente error a mi parecer: no todas las artes marciales son provenientes del Extremo Oriente. El savate es francés; el capoeira brasilero; el sambo es ruso. Por dar algunos ejemplos.
“Arte” por sí sólo es (en la acepción que encontré más adecuada para el tema que estamos tratando): “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”. Y marcial sabemos que es aquello que se refiere a la milicia o la guerra: la etimología de la palabra “marcial” proviene de “Marte”, el dios romano de la guerra.
Para mí son expresiones culturales, en que se transmite la visión particular de un pueblo determinado sobre aquellos recursos corporales que ellos utilizan para combatir. Pueden ser más, o menos antiguos.  Pero por regla general las artes marciales tienen su origen hace siglos: Desde que existen las guerras van a haber existido estrategias de guerra, y al no haber en la antigüedad más armas que el propio cuerpo y otras herramientas (cuchillos, lanzas, etc.) más rudimentarias que las que se usan hoy, el combate cuerpo a cuerpo debió irse trabajando y puliendo hasta llegar a tener expertos en la materia en cada uno de los países donde se ha creado un arte marcial propio.
Posteriormente, con la aparición de armas más sofisticadas, especialmente las armas de fuego, las artes marciales dejaron de ser el medio más eficaz para defenderse, pero su innegable valor cultural ha hecho que perduren como las manifestaciones culturales que son, y hoy se privilegia su aspecto competitivo deportivo.  Entonces, antiguamente su fin era la defensa personal o de la nación, y hoy en día se practican como deporte, bajo organizaciones de mayor o menor extensión, y con reglamentaciones bien definidas.  Podría decirse que tienen dos aspectos: lo marcial, que va por el lado de la defensa, y el deportivo, en que los logros se determinan por puntajes.
Diferencia con deportes de contacto
Quisiera hacer acá una distinción entre un arte marcial, que tiene el significado y los orígenes que ya hemos visto, con los deportes de contacto o deportes de combate. Un arte marcial tiene su aspecto deportivo, especialmente ahora en los tiempos modernos, pero los deportes de contacto carecen de la filosofía y carga cultural que tienen las artes marciales.
Los deportes de contacto son más modernos en sus orígenes, y se crearon para ser practicados con fines –valga la redundancia- puramente deportivos y competitivos. En mis artículos me refiero muchas veces a deportes de contacto, así que creo que hacer este distingo desde el principio es importante.
Artes Marciales
Foto: AP
Para quienes las practican, las artes marciales representan un camino, una forma de vida.
Muchas artes marciales tienen la palabra “Do” al final de su nombre: Karate-Do, Taekwondo, Judo, por ejemplo. Do significa “Camino”. Para los artistas marciales el practicar estas artes implica seguir un camino, que los llevará a mejorar en todo aspecto como personas y eventualmente a la iluminación. Esto es una variación respecto a lo que se utilizaba antes para denominar a veces a estas mismas artes, que tenían puesto al final la palabra “jutsu”: arte. Lo que el maestro intenta inculcar no es sólo la parte física, sino influir en un  conjunto de aspectos tanto físicos como éticos, morales y espirituales, que engrandecen a quien practica artes marciales.
No me extenderé en este artículo en lo que se refiere a los modos mismos de combatir, ni menos en cual arte marcial es mejor, ya que encuentro que intentar engrandecer una en desmedro de otra es ofender a miles o millones de personas que la practican, y a sus maestros y todos quienes transmitieron esa sabiduría por milenios. En próximas entregas sí me iré refiriendo a los distintos tipos de artes marciales y deportes de contacto.
FUENTE http://www.guioteca.com

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